En realidad, la idea es para cualquier equipo o club, y extensivo a otros deportes, pero se presta muy directamente y son el motivo inspirador, los clubs de Fútbol conocidos como "grandes" por palmarés, presupuesto, etc.
No es fácil ser entrenador de estos clubs (Real Madrid, Barcelona, Juventus, Inter de Milán, Liverpool, etc.), nunca lo ha sido. Todos tienen muchas dificultades para ganar títulos importantes, habitualmente, todas las temporadas. Los que se acercan a conseguirlo no suelen tener mucho tiempo sin inestabilidades. Una de ellas; los entrenadores.
Se da la paradoja de que estos clubs tienen los mayores presupuestos, acumulan los mejores jugadores, PERO, el éxito no reside exactamente en presupuesto y calidad intrínseca, sino en desempeño.
Así, a veces, surge un nuevo "grande", que puede haber hecho un esfuerzo de presupuesto y acertar con los fichajes, pero se habrá hecho grande porque ha conseguido una combinación sinérgica de unos cuantos factores, que han dado como consecuencia, un muy buen desempeño.
Y también los hay al contrario; que caen al abismo habiendo sido "grandes". La razón es la misma.
Hay ejemplos de ambos tipos e incluso algunos ejemplos de las dos cosas; por ejemplo, valga la redundancia: el Deportivo de la Coruña.
Uno de los aspectos clave, ya citado, son los entrenadores (hay más factores, pero ahora me voy a centrar en este).
Hay una serie de valores propios, necesarios en un entrenador; lo que se llama saber de fútbol (táctica, leer bien la del contrario, puntos fuertes y débiles propios y de los demás, etc.), y además hay que acertar en la forma de comunicar con los jugadores y resto del equipo.
Todo esto, de nuevo, como pasa al nivel superior de la Organización, es difícil de traducir en un desempeño de nivel "top" y mantenerlo duraderamente. Cuando se consigue, no dura mucho, y vienen las crisis.
Se da por hecho que el entrenador tipo de estos clubs sabe lo que hay que saber, pero aun así, cada uno tiene sus muchas particularidades a la hora de preferir jugadores, disponer al equipo, etc., etc.
Además, tiene que congeniar con el resto del equipo; conseguir transmitir, motivar, tener a todos en su sitio; ni consentidos ni denostados, no ya desde el punto de vista humano, que también, sino técnico (desperdiciar buenos jugadores, recursos en definitiva).
Y además, hay que tener y dar una concepción global de equipo; p. ej.: ¿equipo basado en jugadores concretos, o basado en funciones?.
Y más cosas todavía.
Todo esto es muy difícil de conseguir y no digamos de mantener.
Muchos jugadores, quizá la mayoría, actúan en función de sus intereses, y más en estos clubs. Son jugadores "con caché", a veces algo endiosados, y con calidad, lo cual es un cóctel que puede ser peligroso, condicionante para un entrenador.
De momento creo que no hace falta explicitar más, o razonar, las dificultades en el papel usual actual de entrenador, como para ser encontradas o acumuladas en una sola persona, y mantenerlas en el tiempo, incluso cambiando de entrenador de vez en cuando, que puede romper líneas acertadas de desempeño.
Mi idea es que todo esto mejoraría mucho; el desempeño y el nivel de éste en el tiempo, si se "desmembrara" al entrenador (¡entiéndase…!).
Creo que todo sería más sólido y duradero si lo que hoy es la mayor parte de la función de entrenador, la llevara un cuerpo técnico, bien diversificado (analistas, especialidades; defensa, ataque, etc.) y organizado (organigrama, responsabilidades, jerarquía), que tuviera poco o ningún contacto directo, cercano, con los jugadores. Pero TODA la observación a cierta distancia.
Las grandes decisiones residirían en este estamento; fichajes, descartes, alineaciones, planteamiento de partidos, etc.
Este cuerpo técnico tendría una extensión completamente estrecha con los jugadores y resto del equipo de campo, a través del que hoy es el entrenador y quizá otra persona más. Formarían parte del cuerpo técnico y serían algo así como el "mariscal de campo". Esta función llevaría al campo de juego o de entrenamiento, todo lo que se ha diseñado y decidido detrás de los cristales o de las cámaras, incluso durante el desarrollo de los partidos.
Este nuevo puesto de entrenador o "delegado del cuerpo técnico", aparte de saber de fútbol, aunque no tiene por qué saber tanto como lo que deben saber los tradicionales, sí tiene que ser especialista en la convivencia con los jugadores.
Zidane sería un buen delegado del cuerpo técnico.
La idea se puede desarrollar y precisar más, pero esta es su presentación.